Ven conmigo, viajemos al infinito.

Aprendí que los políticos mienten, que la Tierra es redonda. Que la gente es falsa, que casi todos tenemos dos caras, por no decir todos. Aprendí que la suma de dos y dos son cuatro, que hay que dar más de lo que se recibe. Que no hay que ilusionarse demasiado. Que la vida es un regalo, aunque a algunos no nos guste. Me enseñaron que el universo es infinito y que nosotros somos personitas diminutas, casi inexistentes. Aprendí que el tiempo pasa, que las arrugas salen y que la belleza no es lo más importante. Aprendí a no creer en las promesas, a confiar en casi nadie y a contar con los dedos de una sola mano los amigos, los que siempre están ahí, los que nunca te han fallado.
Aprendí que hay cosas que no se pueden tener, aunque duela, existe la distancia y el amor no correspondido.