"Si tocas fondo es simplemente para dar el salto a lo más alto"

Son tantas cosas, impotencia, rabia, lágrimas que salen por que sí, momentos que dices "ya está, no puedo más", ¿sabes lo que es estar harta del mundo y a pesar de todo fingir que todo te la suda? Parece fácil, ¿eh? Pues no sabes lo jodido que es. Reír como una niña pequeña delante del mundo y cuando nadie te ve, cuando nadie está contigo llorar hasta dolerte los ojos, llorar y llorar. Por que todo el mundo tiene un límite, y el mio, por mucho que lo estire, toca su final. Yo también necesito esos pequeños detalles, yo también necesito esas muestras de cariño, yo también necesito que alguien me recuerdo que pinto algo en este mundo. Que lo aparente no significa que yo sea de piedra, no significa que no tenga sentimientos. Los tengo, y cuando los hieres duele, joder.Y llega ese momento, en el que piensas que no pintas nada aquí, piensas que todo ha acabado, pero recuerdas ese estúpido optimismo que te persigue, y piensas que mañana todo será diferente, pero llega un momento en el que pierdes hasta la esperanza, piensas que toda la vida todo será igual, llegas a la conclusión que has nacido para sufrir, y pierdes las ganas de todo. Llega un punto en el que lo que más te gusta es estar sola, estar sin nadie, y recurrir solo a la música para sentirte bien. Y a pesar de pegarte días y días encerrada en tu habitación sin mantener conversación con nadie, sólo una o dos personas se paran a preguntarte qué te pasa, o que simplemente se pare a abrazarte y decirte que todo irá bien. No tienes a esa persona, y cuando más necesitas a un abrazo, no tienes a nadie que te lo de, y te sientes como una mierda de persona, sientes que le has fallado al mundo y que no vales para nada. 

Definitivamente tocas fondo. Y aunque muchos te digan que si tocas fondo es simplemente para dar el salto a lo más alto, ya piensas que no hay esperanza de salir adelante, que has tocado fondo y para quedarte ahí para siempre. Pierdes las ganas de todo, de sonreír, de divertirte, de todo, pierdes la ilusión por vivir. Y todo esto, pasa en tan poco tiempo que no puedes asimilarlo, y te quedas parada mirando como pasa la vida, y sabiendo que tú ya no tienes una maldita razón para luchar, y simplemente te rindes, y es que en esta ocasión, la vida ha ganado esta batalla.