Tengo tantos defectos como besos quiero darte.

No estamos hechos para ser perfectos, ni mucho menos. De hecho, nadie lo es. Pero sí estamos hechos para ser felices, y hay muchas maneras de serlo. No vale la pena dejar de ser feliz para intentar llegar a la perfección, porque no puedes pasar tu vida intentando ser algo que no existe. 

Hasta que te ví, ví la perfección con mis propios ojos...