No opino sobre corazón, simplemente lo siento. Ni lo critico ni lo alago. ¿Por qué? No lo critico porque me ha dado cosas buenas, aparte de la vida, me ha hecho sentir cosas impresionantes. Y no lo alago porque también me ha hecho daño, cuando se ha encaprichado en querer a alguien o luchar por alguien, y he acabado sufriendo. Sí, me refiero a esa lucha incesante entre el cerebro y el corazón. Él está siempre ahí, a veces es bueno, otras malo, pero no se puede opinar de él, simplemente sentirlo.
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