GRACIAS

Si alguna vez he creído que no tenía a nadie a quien agarrarme cuando estoy a punto de caer, si alguna vez he dicho que no tengo un hombro en el que llorar, una amiga en la que confiar o una persona que se ría de mis chistes, he mentido. Porque, quizá no desde el primer día, pero sí desde poco más tarde, ahí ha estado ella. Esa persona que escucha mi vida telenovelesca, que me dice que me calle cuando me tengo que callar, y me ayuda a reír cuando estoy triste. Esa persona que no sabe ni si está enamorada, esa niña que a veces es más tonta que un pie, y otras, sin embargo, es tan sabia dando consejos. Es una persona que me entiende, que no pasa de mí ni aunque me ponga pesada, que está ahí planeando para quedar a última hora, que tiene envidia de tanta gente, mientras tanta gente la envidia a ella. Gracias, por ser como eres, por ayudarme y por estar ahí siempre que te necesito. ¿Si te pido que nunca me faltes, no me faltarás nunca, verdad?