Y si soy desconfiada, es porque es como me han enseñado a ser.

Un día, la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir. Un día, me mintieron de tal forma que me dolió y entonces aprendí a ir siempre de frente con la verdad. Un día, me falló quien menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas y de los actos, hacerse cargo. Además, un día lastimé a alguien y fue ahí cuando aprendí a pedir perdón. Un día lo viví triste y cuando llegó la noche me di cuenta que es mucho mejor sonreír que llorar. Otro día, perdí mi tiempo con cosas que no valían la pena y noté que la vida pasa demasiado rápido. Después de muchos días entendí, que en la vida todos te van a lastimar, pero tienes que encontrar a las personas por las que vale la pena sufrir. Tienes que sonreír. Tienes que saber amar. Tienes que tener la grandeza para aceptar tus errores y la valentía para pedir perdón. Tienes que compartir. Tienes que cumplir. Tienes que olvidarte de los que te critican y unirte a los que te quieren, no hacer llorar a la persona que te ha regalado sus mejores sonrisas y sobre todo tienes que vivir cada momento como si fuera el último. ¿Difícil, verdad?

¿Para qué sirven los días si no son para pasarlos a tu lado? Thanks, UK

Hace 4 meses, tan sólo 4 meses, todo era distinto. Faltaba algo, faltabas tú. Faltaban las ganas de seguir adelante, y sí, puede que haya dejado muchas cosas y personas atrás, pero no me importa porque tú estás a mi altura. Porque tú eres la persona que me hace feliz como nadie lo ha sabido hacer desde hace mucho, mucho mucho, mínimo unos 15 años. Porque te cuelas en mis sueños sin permiso, y no me importa. 
"Mira 4 meses atrás..." No, lo siento, pero es que ni puedo ni quiero. Y que sepas que me niego a perderte. De aquí, al ocho tumbado.

"Quieres alguien que te haga reír, y te enamoras de quien más te hace llorar".

No se si vivo para pensar en ti o si pienso en ti para poder vivir. He llegado al punto de tenerle celos a la Luna, es la única que te puede ver todas las noches. 
En noches como esta me perdí entre tus brazos y encontré quién era realmente. ¿Y preguntas la razón de por qué me pierdo en su sonrisa? ¿Te parece poco?

No se a quien odio más. Si a ti por hacer que me enamore, o a mi por necesitarte tanto.

 ¿Feliz Navidad? En serio, sigo sin entender la connotación de esta frase. ¿Por qué solo nos dicen felicidades o feliz día cuando es nuestro cumpleaños o pasa algo importante? ¿Qué pasa, que el resto del año no merecemos ser felices?  Ilusos los que no saben que yo sonreiré dónde y cuándo me de la gana, reiré hasta caer rendida y hasta que lágrimas de felicidad broten de mis ojos y seré feliz el día que me de la gana sin esperar a que una fiesta comercial me recuerde que debo serlo por un par de regalos. Que para eso, el mayor regalo, lo tengo siempre.

Si algo nos va a separar, que sea la "y" del "tú y yo".

¿Dónde quedaron aquellos días de verano? ¿Aquellas conversaciones iniciadas a medianoche y terminadas a altas horas de la madrugada? ¿Las promesas que por entonces parecían irrompibles y tan sinceras?  ¿Los te quiero escritos con sentimiento y sin ningún “jaja” después? ¿Las ganas de vernos cada tarde? ¿Las infinitas sonrisas que se aferraban a mis labios a la mínima palabra que pronunciases dirigida hacia mi? ¿Las miradas tímidas pero a la vez chispeantes cuando nos saludábamos después de días sin vernos? ¿Las mariposas que brotaban como de la nada al mínimo contacto que hacían nuestros cuerpos? ¿Las bromas que compartíamos y nos hacían llegar a parecer los seres más felices de la Tierra? ¿Aquellos días en los que parecía que me querías?

Que te quiero.

-Necesito decirte algo…
+Dime.
-No me gustas.
+¿Qué?
-Que no me gustas. Me encanta cómo me dejas sin palabras y cómo consigues darle la vuelta a todo para ponerlo de tu parte. Me encanta tu mirada, tus ojos. Sí, esos que tú tanto odias. Me encanta tu sonrisa, probablemente imperfecta, pero para mí, perfecta en su imperfección. Me encanta como haces el payaso y cómo consigues hacerme reír por mucho que lo creyese imposible. Me encanta como inventas palabras. Me encanta tu risa y lo contagiosa que resulta por mucho que intente poner resistencia. Me encanta cuando dices mi nombre, cuando me llamas, y más sin elle. Me encanta que critiques mi manera de hacer las cosas, siendo tu forma de decirme lo mucho que te gusta todo lo que hago.  Me encanta lo feliz que puedes llegar a hacerme. ¿Lo entiendes?
+No.
-Que no me gustas, que me encantas. Que te quiero.

Sólo sueño con soñar bajo las sábanas de tu cama.

Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará, como cuando alguien entra en tu vida y una parte de ti dice: "No estás mínimamente preparado para esto", pero la otra parte dice: "Hazla tuya para siempre..."

Deja el pasado en el pasado.

No te imaginas cómo un “simple” suceso puede cambiar tu vida, ponerla patas arriba, dejarla irreconocible ante tus ojos. Increíble, sí, pero cierto. Son esas cosas que pasan las que marcan tu historia dividiéndola en una etapa nueva dejando atrás la anterior. En efecto, como si de un punto y aparte se tratase pone fin a ese trocito de tu vida para hacerte pasar de nivel, a un nivel superior, a uno mucho más complicado. Para pasar de nivel no tienes por qué ganar, también puedes perder. Perder supone caer al lugar más recóndito que pueda existir, oprimiéndote y haciéndote desear poder volver atrás.

Todo se ha convertido en un mal hábito para mi. Fumo lágrimas, esnifo malos momentos, bebo sueños para olvidar la triste realidad.

Es ese miedo constante a perder algo que en realidad no tengo, ese miedo a rendirme sin haber llegado al final del asunto, ese miedo que me impide ver las cosas claras y razonar que la situación no es tan complicada como parece, ese miedo que me lleva a infravalorar mi persona y a perder la confianza en mí misma, ese miedo que me hace creer que no seré capaz de conseguir lo que quiero, ese miedo que me hace dudar de sus palabras... Es ese maldito miedo el que me está volviendo loca.

Lo más importante nunca se ve...

Cuando te encuentres ante dos opciones y tengas que elegir, simplemente lanza una moneda al aire. Es un truco que siempre funciona, y no sólo porque por fuerza te saca de dudas, sino porque en ese breve momento en el que la moneda está en el aire sin rozar el suelo, de repente ya sabes qué cara quieres que salga. 

Yo [no, quizás, sí, tal vez, probablemente, nunca] te esperaré.

Atrás quedaron esos días llenos de palabras, de promesas, de sonrisas escondidas
para dejar paso a otros no tan llenos de ilusión ni de esperanza, ni siquiera de palabras ni sonrisas, tan solo de promesas que quedaron ahí.
Dicen que el olvido es la mejor medicina para curarte de recuerdos, pero el problema no es ese, el problema es ¿de verdad quiero olvidar? La respuesta es no. Entonces, ¿qué hacer? Yo no, quizás, sí, tal vez, probablemente, nunca, puede que te espere. 

Es algo más adictivo que la nicotina o el crack, es como huir de las tentaciones despacio para que puedan alcanzarte.

- ¿Echas de menos algo?
+ Sí.
- ¿El qué?
+ Tú.
- ¿Acaso soy un “algo”?
+ Obvio, eres algo demasiado importante para mí, incluso podría llegar a decir que eres imprescindible.
- ¿Y por qué me echas de menos? Quiero decir… estoy aquí.
+ Pero nunca estarás de la forma que yo quiero…
- ¿De qué forma?
+ Aquí, junto a mí. Quiero que camines siempre a mi izquierda y que me rodees el cuello con tu brazo. Que me mires a los ojos y me digas que me quieres, no me importa si son una, dos, tres veces, la cantidad no cuenta, tan solo con oírtelo decir al menos una. Que me recuerdes todas las noches antes de irme a dormir lo importante que soy para ti, que me hagas sentir especial. Ser la dueña de tu sonrisa y poderla utilizar en los días nublados para poder iluminar mi camino. Que me vengas a buscar todas las mañanas para acompañarme al instituto. Poder fardar delante de mis amigas de lo genial que es la vida a tu lado, que sientan envidia, que sepan que soy la chica más feliz del mundo, cosa que sólo consigo gracias a ti. Que me beses, sí, que me abraces y no me sueltes. Que me hagas de rabiar con tus infantiles bromas y que me hagas enfadar de vez en cuando para que luego ese enfado se esfume en una milésima de segundo con tan solo una mirada tuya. Quedarme hasta altas horas de la noche hablando contigo por teléfono de cualquier tontería y que mis padres no hagan más que gritarme para que cuelgue. Que me seques las lágrimas y me des cobijo en tu hombro siempre que lo necesite. Y así podría seguir hasta el ocaso de mi vida, pero…
- ¿Pero qué?
+ Si algo he aprendido gracias a ti es que de ilusiones y sueños se vive.
- ¿Y por qué conformarte solo con eso?
+¿Qué quieres decir?
- Que si algo he aprendido gracias a ti es que los sueños pueden hacerse realidad.

¿Que sonrío y te jode? Pues te vas acostumbrando.

Tal vez no sea una súper heroína, ni tampoco juego mi vida salvando a los demás de las garras del Doctor Octopus. Tampoco tengo oficio de periodista, ni llevo unas gafas de pasta negra. La gente no se pregunta “qué es eso, ¿es una avión? ¿es un pájaro?” cuando me ven por la sencilla razón de que no vuelo. No gasto mi tiempo libre en salvar la vida de los habitantes de mi ciudad, ni mucho menos vestida con unas mallas azules y una capa roja. No tengo una relación amorosa con un compañero de trabajo que desconoce mi faceta de “heroína” ni tampoco lo saco a volar por la noche, surcando los cielos estrellados. Está bien, quizás no sea la protagonista de cientos de cómics, de películas e incluso series de televisión y también es técnicamente imposible que sea conocida mundialmente. A simple vista cualquiera diría que no tengo nada en común con Superman, pero sí que lo hay. Hay una razón, y esa razón eres tú. Tú, mi Kriptonita. Tu presencia me debilita, tu ausencia me enloquece. Y si algo he aprendido durante mi infancia, con las aventuras de este súper héroe es que la única manera de ser fuerte, inmune a mi kriptonita, es alejándome de ella. Y ahora, te dejo. Tengo que salvar mi propio mundo, y si me disculpas, alejada de ti. 

La vida me enseñó que hay que creer en hechos, no en palabras.

Las agujas del reloj avanzan lento, recorren la esfera como si tuvieran encima un peso. Tic-tac. Algo les impide avanzar, el minutero retrocede y vuelve a avanzar. ¿Qué está pasando? El tiempo no espera, no para. ¿A qué esperas?
Guiarse por un par de agujas no siempre tiene ventaja, marca la hora que es, no el tiempo que te falta.

No quería conocer a nadie, no quería dejar entrar a nadie en mi vida. Algunos lo sabían; algunos lo entendieron, algunos no.

No entiendo cómo pasó, sinceramente, no sé cómo lo permití. Para algo existen las barreras, ¿no? Para proteger. Pues las mías deben tener huecos, porque entró. ¿Qué le pasa al mundo que no entiende lo que quiero? ¿Tan complicado es ver que no quería a nadie más? Al parecer sí, es muy complicado, porque por este lado del mundo nadie lo comprendió; y si sabían lo que quería, lo ignoraron completamente.
Bueno, no me pararé para buscar un cómo, un porqué. Sólo sonreiré a lo nuevo que viene dando pasitos sigilosos hacia mi jodido corazón. Sólo aceptaré lo que venga, sin cambiarlo, aunque sé que al final me quemará. Pero me arriesgaré, saltaré a la piscina, aunque no tenga fondo, dejaré de aferrarme a lo que tengo para comenzar a vivir; o al menos lo intentaré, ¿quién sabe? A lo mejor funciona. Sí, a lo mejor tengo suerte esta vez.

Quien presume de ser el amigo perfecto, suele ser el primero en fallarte.

A veces me pregunto por qué es tan difícil vivir nuestra vida sin ver la de los demás. ¿Qué esperamos? ¿Encontrar un camino sin equivocaciones fijándonos en las experiencias de otros? ¿Qué obtendremos? Una vil copia de la vida de otra persona, pero con más errores, pues no podemos pretender tener los mismos pensamientos, sentimientos y reacciones que otra persona.

¿Prefieres hundirte más? Sonríe y deslumbra con tu sonrisa, que para eso la tienes.

Lo que quiero hoy es comerme el mundo, para morderlo y hacerlo pedacitos. Lo que quiero hoy es destrozarlo todo, y que, de un golpe, desaparezca. Lo que quiero hoy es que mueran todos los sentimientos, todas las ilusiones, todas las fantasías y los deseos. Quiero acabar con todo, que no quede nada que no quiera. No quiero enamorarme de nuevo, querer, amar, soñar. Pero, para bien o para mal, las cosas no salen nunca como las quiero.

Todos los días te arreglas el pelo, ¿también el corazón?

Sé tu misma , nunca dejes que nadie te sea infiel y sufras una ruleta rusa , sal de fiesta y di: "que no pare la música" y aunque comience a llover coges tu paraguas y le dices a tu  "California king bed": "encontramos el amor en lugares inesperados" y sentirás como él será un hombre menos . Entonces te das cuenta que eres la única chica en el mundo.




Gracias, Rihanna.

Si las cosas suceden es por algo.

¿Rendirme? Eso es para los que quieren empezar a morir. Seguir luchando hasta el último momento, seguir insistiendo, sacando fuerzas de donde no las hay, dar hasta el último golpe que pueda, aunque esté agotada. Que detrás de este combate va otro, y si estoy aquí es para ganar. Y si tengo un mínimo de fuerza, seguiré intentándolo. Por que no hay mejor sabor que el de la victoria, y es lo que quiero saborear, y rendirse, no está en mi vocabulario.

Sonríe. Hazle saber a todos que hoy eres mucho más fuerte que ayer.

"+ ¿Por qué crees que dicen que todo lo bueno dura poco?
- Porque te gusta y lo aprovechas tanto que el tiempo pasa rápido, y sin darte cuenta se va y no vuelve nunca más.
+ Qué pena.
- No, cada uno tiene su momento, y nosotros tenemos el nuestro ahora.
+ Pues espero que esto entonces no sea muy bueno...
- ¿Por qué?
+ Porque no quiero que esto acabe. Quiero que dure siempre."

Las palabras, las acciones y los gestos son cosas que o te encantan o te matan.

Atrevete a decir que no me piensas al despertar, que tu corazón no late a mil cuando estoy cerca de ti, que no se te pone la piel de gallina cuando te beso, que no confías en mí, que no te ríes con mis tonterías, que no has imaginado miles de historias conmigo, que te arrepientes de lo que hiciste, que no repetirías, que no quieres seguir escribiendo nuestra historia, que me vas a olvidar, que no dejaré huella en tu vida, que no te encantan mis locuras, que no harías cualquier cosa por mi, por verme feliz, que no te enamoras cada vez que sonrío, que no te gustan mis besos ni mis caricias, que no te perderías conmigo y que sólo soy una amiga. Atrévete a decirme que no me quieres y yo dejaré de hacerlo.

El pasado muere, el presente vive, los recuerdos quedan y la vida sigue.

Despiértame cuando quieras que mis besos se conviertan en tu debilidad. Cuando quieras que alguien conduzca caricias por los kilómetros de tu piel. Cuando quieras crear un para siempre a mi lado. Cuando quieras que alguien te quiera hasta la luna y de regreso. Cuando quieras crear una historia, nuestra historia.